¿Conoces el caso de Rosa Peral? En Manta y Palomitas te contamos como sucedió el crimen de la guardia urbana
Castigos, amantes y corrupción, desencadenan un crimen en la policía local de Barcelona en un caso que es de lo más descabellado: el asesinato de Pedro Rodríguez a manos de su amigo y amante, que intentaron en vano involucrar al ex marido de Rosa Peral.
El reportero de La Vanguardia, Toni Muñoz, contó en un libro titulado «Tú eres el único que tengo» en la investigación del crimen de la guardia urbana que conmocionó a la opinión pública por su red de historias enredadas con una protagonista indiscutible, Rosa Peral.
HISTORIA DE EL CRIMEN DE LA GUARDIA URBANA
En mayo de 2017 apareció un cuerpo calcinado en el maletero de un coche cerca del embalse de Foix.
Era el del guardia urbano, Pedro Rodríguez, suspendido de su trabajo y de su sueldo hace unos meses por golpear a un motorista.
Mantuvo una relación con una compañera, Rosa Peral, quien, indiferente al asesinato, se refugió en su exnovio, Albert López, también miembro del mismo cuerpo.
Intentaron brutalmente culpar al exmarido de Rosa por el asesinato, pero nerviosos y acorralados terminaron detenidos y acusándose mutuamente del atroz crimen.
Rosa Peral es una mujer fría y manipuladora que siempre ha tenido lo que quería y que se encuentra actualmente en prisión cumpliendo condena.
El cuerpo de Pedro Rodríguez fue quemado y el fuego eliminó todo rastro que permitiera destruir la causa exacta de su muerte.
Sin embargo, los fiscales –en particular la Fiscalía y Acusación– creyeron que esto no podía de ninguna manera favorecer a los acusados.
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No se podía saber la causa del fallecimiento debido a que ellos quemaron el cadáver y eliminaron las pruebas. Por eso, la acusación particular solicitó una condena por asesinato para los dos.
COMO SUCEDIÓ TODO
Pedro Rodríguez murió en la casa que compartía con su pareja, entre las 10 de la noche a las 10 de la mañana.
En la casa estaban su novia Rosa Peral, las hijas de ella y, más tarde, apareció Albert López. Las niñas fueron las únicas testigos de lo que ocurrió aquel día pero por ley quedan libres de declarar en contra de su madre.
Sin embargo, lo que vieron aquella noche se lo contaron a la actual pareja de su padre, el exmarido de Rosa.
La novia del exmarido de Rosa Peral contó que las niñas vieron a su madre discutir con Pedro y luego vieron cómo Rosa lo bajaba por las escaleras hacia la planta baja del piso sujetándolo por los hombros, donde sería asesinado. El hombre iba medio drogado. Luego, vieron a su madre aparecer llena de sangre.
La autopsia no pudo decir a qué hora exacta se cometió el crimen, ni si fue antes o después de las 3 de la madrugada que fue cuando llegó a la casa el otro acusado, Albert López, según el rastro de su móvil.
Esa fue la primera pista que condujo hasta ellos. La otra de las pistas fue el extraño comportamiento que tuvieron los dos después del asesinato.
Rosa y Albert, que fueron pareja durante cuatro años y medio, pasaron juntos las cinco noches posteriores al asesinato, haciendo vida normal como si hubieran retomado la relación que rompieron meses atrás.
Tras el crimen, Albert se convirtió, de nuevo, en “el novio de mamá”, como le contaron las niñas a su madrastra y esta acabó explicando ante la juez.
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DUELO DE ACUSACIONES ENTRE ROSA PERAL Y ALBERT
La señal de sus móviles y del fallecido les situaba en el lugar del crimen.
De su implicación no cabe duda. Cuando diez días después Albert y Rosa fueron detenidos, finalmente admitieron su participación en los hechos, aunque ambos se culparon el uno al otro.
Simplemente reconocieron que fueron al pantano de Foix, donde el cuerpo fue quemado, pero ninguno de los dos lo mató, ya que según sus versiones, fue el otro.
Rosa Peral confesó que su exnovio Albert se presentó aquella noche en su casa, encapuchado y con una mochila de la que sobresalía un hacha.
Le ordenó que subiera al piso de arriba junto a las niñas, que cerrara todas las ventanas y, a partir de ahí Albert bajó y se oyeron varios golpes.
Cuando ella bajó, ya no vio a Pedro y le obligó a limpiar con lejía todo el piso. Según ella, Albert, despechado y muy violento, la amenazó con matar a las niñas si contaba algo de lo sucedido.
Ella calló todo y tampoco denunció a Albert a pesar de que en ese tiempo que pasó antes de ser detenida no estuvo acompañada de él las 24 horas.
Las llamadas entre los dos fueron constantes los días después del asesinato e incluso idearon un plan para culpar al exmarido de Rosa.
Sin embargo, Albert al ser detenido, aseguró que la madrugada del crimen recibió una llamada de Rosa y le pidió que se fuera a su casa a ayudarla.
Ambos fueron cuidadosos de no desvelar cómo fue el asesinato de Pedro. Ninguno dio ninguna pista de como murió.
El día después del crimen los dos se prepararon una coartada. Pusieron el cadáver de Pedro en el maletero de su coche y lo quemaron en el pantano de Foix.
Esa fue la última opción que barajaron y la que decidieron al fin llevar a cabo, según sospechan los investigadores.
Antes, intentaron descuartizar el cuerpo a juzgar por las manchas de sangre que se hallaron en una pared y en el suelo.
Además, ese día un vecino confesó que oyó una motosierra. La autopsia concluyó que Pedro murió estrangulado, por lo que la única razón por la que pudiera haber tanta sangre en la casa es porque intentaron descuartizarlo.
Los forenses además indicaron que el cuerpo presentaba las extremidades amputadas.
Trasladaron el cuerpo al pantano y durante el camino también llevaban el móvil de la víctima, aún sabiendo que acabarían rastreando la señal.
Condujeron el móvil de Pedro hasta casa del exmarido de Rosa, Rubén, para tratar de incriminarle.
La única que conocía dónde vivía su exmarido era Rosa Peral ya que semanas antes había contratado a un detective privado para que localizara la ubicación exacta, en una investigación con la que pretendía buscar trapos sucios de su exmarido y así quitarle la custodia compartida con sus hijas.
Aquel intento de engaño no salió bien puesto que aquella noche Rubén no estaba en casa.
Los investigadores además se dieron cuenta de todas las estrategias que utilizaron para desviar la atención. Rosa cogió el móvil de Pedro cuando ya estaba muerto y se mandó un mensaje a ella misma.
También le pidió a su padre que mintiera y dijera que el día después del crimen había visto a Pedro y le había saludado.
Todo ello con la intención de inducir a los investigadores a pensar que Pedro fue asesinado el segundo día después del enfrentamiento con su exmarido y no el primero.
¿QUE OCURRIÓ ESA NOCHE EN EL CRIMEN DE LA GUARDIA URBANA?
La principal hipótesis es que Pedro iba a romper con Rosa después de descubrir una nueva infidelidad. Las niñas le contaron a su madrastra que vieron al Pedro recoger sus cosas.
Esa fue la discusión definitiva en una relación marcada por varios engaños y una gran desconfianza. Unos meses antes del crimen ya se había producido una discusión similar en la que Pedro amenazó con irse.
Además, su exnovio Albert, con quien parecía haber retomado el contacto, le regaló un anillo de compromiso. “Por si te lo piensas”, le dijo.
Otra posibilidad es que Albert quisiera acabar con la vida de Pedro para volver a estar con Rosa. O que los dos lo hubieran planeado.
La justicia decidió reabrir la investigación e imputó a los dos por homicidio.
