Seguramente todos hemos oído hablar de pequeñas historias de dudosa veracidad y desconocido origen. Estas se acaban convirtiendo en leyendas urbanas que provocan verdadero terror entre el público.
No solo los perros saben lamer
Comenzamos nuestra sección con esta primera leyenda urbana de terror. Esta historia tiene como protagonista a una niña pequeña. De unos 9 años de edad. Hija única de un matrimonio adinerado y bien posicionado políticamente. Debido a sus fuertes responsabilidades laborales y políticas ambos pasaban gran parte del tiempo fuera de casa.
Para que la pequeña no pasase tanto tiempo a solas decidieron regalarle un perro para que pudiera hacerle compañía y protegerla.
Una noche, la niña, comenzó a escuchar ruidos debajo de su cama. Los sonidos parecían como arañazos. Estos le hicieron pensar que al pobre animal le pasaba algo. Como de costumbre la pequeña descolgaba su mano de la cama para que el perro le lamiese. Este era un gesto habitual entre el perro y la niña para que ambos se sintieran protegidos.
A la mañana siguiente, al despertar, la sorpresa fue encontrar a su gran amigo muerto a los pies de la cama y un escrito con sangre en la pared que decía:
No solo los perros saben lamer.
La Niña de la Curva
Un clásico de las leyendas urbanas de terror. Repartida por prácticamente la totalidad de los países.
En España el hecho paranormal se centra principalmente en dos puntos del país. Uno es en Sanlúcar la Mayor, en Sevilla y el otro en San Antoni, Ibiza.
Una noche de niebla espesa, un joven iba conduciendo por una vía interurbana cuando se percató de la presencia de una joven con vestido blanco plantada en el arcén de la carretera.
A pesar de la poca visibilidad, pensando que pudiera necesitar ayuda o que le acercasen a algún lugar, el joven decidió parar y preguntar. Seguidamente, la chica sin pronunciar palabra alguna se subió en el asiento trasero del coche.
Llegados a un punto, la joven que todavía no había articulado palabra alguna durante el trayecto, dijo:
En esa curva morí yo.
Entonces el muchacho asustado se volteó para mirarla y pudo comprobar que en los asientos traseros no había nadie. Al retornar la vista sobre la calzada ya era tarde para él.
Ahí estaba ella… La curva…
Sonrisa de Payaso
De origen en Madrid, como muchas leyendas urbanas de terror, data su origen relativamente cerca.
Se originó allá por el año 2003 por el campus universitario de la ciudad. Este hecho nunca pudo ser contrastado ya que ningún hospital de la zona registraba ningún paciente que sufriese de este tipo de agresión.
Era de noche y una adolescente se encontraba situada en una parada del bus cercana a la zona. La chica estaba tranquila hasta que un grupo de chicos aproximadamente de su misma edad empezaron a incomodarla burlándose de ella. Incluso comenzaron a forzarla.
Para evitar que la chica gritase, le dibujaron en su rostro la sonrisa de payaso.
Esta consiste en realizar dos cortes, uno en cada lado de las comisuras de los labios. Al intentar chillar estas heridas se desgarrarían provocando dolor.
La repercusión de este suceso fue tan elevada que varios directores de institutos y universidades se dedicaron a investigar la veracidad de estos hechos.
Verónica, Verónica, Verónica
Este es otro clásico de leyendas urbanas de terror en el mundo de lo paranormal.
La leyenda dice que Verónica era una niña que jugaba junto a otros niños a practicar una sesión de OUIJA. La niña se mostro bastante escéptica durante toda la invocación y terminó asesinada delante de todos sus compañeros sin que se pudiese determinar la causa.
Según la profecía derivada de este suceso, si te colocas frente a un espejo con la luz apagada y pronuncias tres veces el nombre de Verónica su fantasma aparecerá y te quitará la vida.
A pesar de la simplicidad del ritual, no son muchos los atrevidos que se han dispuesto a realizarlo.
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La Última Tumba
Esta leyenda habla de una niña nueva en la ciudad. Prudente y algo tímida solo buscaba hacer nuevos amigos y encajar en aquel sitio.
Un día se encontró con un grupo de niños un tanto peculiar. Estos decían a la niña que debía superar una prueba para ser integrada en el grupo.
La prueba consistia en colarse una noche en el cementerio y clavar una nota que pusiera «Yo estuve aquí» en la última tumba.
La chica acepto el trato y esa misma noche se dispuso a llevarlo a cabo. Se coló en el cementerio y corrió entre todas las tumbas hasta llegar a la más lejana. Muerta de miedo cogió la nota y la clavó con una chincheta a la tumba.
Seguidamente trató de huir del lugar a toda velocidad pero algo se lo impidió. Sintió un fuerte tirón de su falda.
Al día siguiente al no tener noticias sobre la niña, el grupo de niños acudió al cementerio en su busca. Al llegar lo que se encontraron fue el cuerpo de la chica tirado junto a la tumba con la falda clavada a ella a través de la chincheta.
El miedo acabo por terminar con su vida.
Sin Luces en la Carretera
Esta es una de las más clásicas leyendas urbanas cortas.
Te encuentras circulando por la noche en una via entre poblados y poco iluminada. De repente, te cruzas con un coche sin luces.
En gesto de generosidad, realizas señales luminosas para avisarle (ráfaga de luces). El vehículo automáticamente enciende sus luces y gira totalmente para perseguirte. Te seguirá hasta que consiga echarte de la carretera.
A veces la generosidad puede costarte la vida.